LA ENAMORADA - Alejandra Pizarnik

Esta lúgubre manía de vivir
esta recóndita humorada de vivir
te arrastra alejandra no lo niegues.

hoy te miraste en el espejo
y te fue triste estabas sola
la luz rugía el aire cantaba
pero tu amado no volvió

enviarás mensajes sonreirás
tremolarás tus manos así volverá
tu amado tan amado

oyes la demente sirena que lo robó
el barco con barbas de espuma
donde murieron las risas
recuerdas el último abrazo
oh nada de angustias
ríe en el pañuelo llora a carcajadas
pero cierra las puertas de tu rostro
para que no digan luego
que aquella mujer enamorada fuiste tú

te remuerden los días
te culpan las noches
te duele la vida tanto tanto
desesperada ¿adónde vas?
desesperada ¡nada más!

pd: nada tengo que decir, tal vez sea tiempo de cambiar, obligadamente, pero cambiar.

Capítulo 44 de La Rayuela (fragmento)

Era cierto que Traveler dormía poco, en mitad de la noche suspiraba como si tuviera un peso sobre el pecho y se abrazaba a Talita que lo recibía sin hablar, apretándose contra él para que la sintiera profundamente cerca.

En la oscuridad se besaban en la nariz, en la boca, sobre los ojos, y Traveler acariciaba la mejilla de Talita con una mano que salía entre las sábanas y volvía a esconderse como si hiciera mucho frío, aunque los dos estaban sudando; después Treveler murmuraba cuatro cinco cifras, vieja costumbre para volver a dormirse, y Talita lo sentía aflojar los brazos, respirar hondo, aquietarse. (...)

**cuesta encontrar fuerzas cuando no hay planes en común..no entiendo qué pasó..soñabamos tantas cosas, queriamos tantas cosas y hoy sólo pensás en vos, te me fuiste quizás y no queda mucho por hacer..ya no tengo fuerzas...porque sigo queriendo y sigo soñando con vos, con eso, con esa ninia, con nosotros...tal vez en el infierno-(aunke duela horrores)**